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Profesor de la UPV eguzki.urteaga@ehu.es |
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Investigación y desarrollo en Francia
Los recursos económicos que se invierten en investigación y desarrollo
son bastante elevados si se comparan con los invertidos
en la CAV, pero se están reduciendo. De hecho, las cantidades
invertidas en la década de 1980 subieron, acercándose al 2,4%
del PIB, pero descendieron a partir de 1993. En 2006 el PIB era
de un 2,1%, algo más bajo que la media de la OCDE (2,26%) y situado
en sexto lugar en el ranking de países, por detrás de Suecia,
Finlandia, Japón, Estados Unidos y Alemania. Por otra parte,
las empresas privadas francesas invierten relativamente poco
en I+D+I. Según los datos de la OCDE, el 63% de los fondos que
se gastan en investigación provienen del sector privado, y se
condensa principalmente en torno a la tecnología industrial: en
los campos de la automoción, aeronáutica, farmacia, electrónica,
instrumentación médica y material. La media de la OCDE
es de un 69%; mientras que Japón, Estados Unidos y Alemania
superan dicha media: invierten del orden del 70 al 77%1.
Ese descenso fue más acusado a partir de 2002, debido a las
medidas adoptadas por los primeros ministros Raffarin y sobre
todo por De Villepin y Fillon: reducción de las contrataciones de
investigadores y de profesores de universidad, reorganización
del centro de investigación nacional CNRS (dividiéndolo en seis
institutos, sabiendo que dos ya existían), la nueva ley que impulsa
la autonomía universitaria2, creación de una agencia que
se ocupe de la distribución de los recursos para la investigación,
y las denuncias del movimiento Sauvons la recherche. Se ha realizado
una lectura negra
de dichos cambios:
que se va reduciendo la
participación del Estado y, en general, de los poderes
públicos, y que se quiere dejar en manos del sector privado
la tarea de financiar tanto la ciencia como la tecnología3.
Esta situación ha generado numerosas movilizaciones. En
octubre de 2007 La Ley Libertad y Responsabilidad de las Universidades
(LRU) provocó el bloqueo de muchas universidades,
ya que tanto los alumnos como los profesores se alzaron en contra
de dicho proyecto. En marzo de 2008, los investigadores del
CNRS se organizaron para rechazar “la desaparición de los grandes
centros de investigación”. Recientemente, han ocupado la
sede de la Agencia Nacional
para la Investigación (ANI),
al objeto de denunciar la
inestabilidad de los empleos
de investigación, y a lo
largo de todo el 2008 se han
realizado protestas en contra
de las evaluaciones
puestas en marcha por la
AERES. Por último, en diciembre
de 2008, un decreto que modifica el estatus de los investigadores-profesores ha
originado un intenso movimiento de huelgas de investigadores
y profesores de universidad, por lo que el ministro de Investigación
se ha visto obligado a abandonar el proyecto. De entre las
muchas razones de las movilizaciones cabe destacar que las subvenciones
prometidas por el ministerio no han llegado. De hecho,
una ley directiva de 2008 ha rebajado el presupuesto del
Ministerio para la Investigación y la Enseñanza Superior un 2,2%
(una reducción de 500 millones de euros), por lo que ha disminuido
el presupuesto de los laboratorios y se ha obstaculizado
la creación de nuevos puestos de trabajo. En 2009 la pérdida
puede ascender a 800 millones de euros.
La verdad es que el Gobierno quiere desfuncionariar la investigación.
En la medida en que el ANI concede las subvenciones
según los proyectos, los contratos universitarios, la participación
del sector privado, y la amenaza de que el CNRS se convierta
en una agencia de recursos han encendido las alarmas entre
los investigadores. En el campo cultural los métodos de gestión
provenientes del sector privado están mal vistos, ya que esa
comunidad está muy ligada a la igualdad, al interés general y a
los valores de mérito individuales. En el campo de la política, la
comunidad científica se ha construido sobre la afirmación de su
independencia, tanto en lo concerniente al conocimiento como
a los métodos. En ese sentido, los instrumentos de dirección y
de vigilancia, así como los discursos que ensalzan la autonomía
y el liberalismo, tropiezan con dicha tradición. La preocupación
es mayor al tener conocimiento de que la estrategia de Lisboa
y el discurso que pone de relevancia
la demanda social
han abierto el camino a dicha
estrategia4.
De cualquier forma, un
buen número de informes
han puesto en duda la eficacia
del sistema de investigación francés. En enero de 2007, un
informe de inspección financiera general emitió una valoración
negativa: debilidad de la innovación tecnológica, escasa productividad
económica del sector público, subdesarrollo de la investigación
industrial –testigo de ello es la reducción del número
de patentes realizadas en Francia: en 2006 era de un 5,5% de
la masa mundial, y en 1988 era de un 8,3%–. Pero, sobre todo,
teniendo en cuenta el gasto del Estado y el número de investigadores
que tienen estatus público (162.000 sobre 364.000), el
informe subraya los gastos no justificados, la mala gestión, la
organización inadecuada y la insuficiente evaluación de los resultados.
Asimismo, recuerda la conveniencia de promover la
investigación privada, y recomienda una serie de cambios profundos:
dirección de proyectos, unificación de universidades y
desarrollo de su autonomía, simplificación del sistema de financiación,
acercamiento de los investigadores a los resultados
y ayuda a los doctorandos.
Pero la investigación científica no sólo se valora según las
aplicaciones tecnológicas. También se evalúa conforme a los conocimientos
de los productores y el brillo intelectual. A ese nivel
la investigación francesa no se encuentra en su mejor momento.
A tenor del observatorio de la ciencia y la técnica (2008),
en las publicaciones a nivel mundial, la cuota correspondiente
a Francia ha disminuido desde 1999, y no es mejor el número de
menciones de las publicaciones periódicas del extranjero. En
términos generales, su influencia está por debajo de la media
mundial. El número de estudiantes que acuden del extranjero
ha aumentado, pero se encuentra a un nivel más bajo que en Inglaterra
y Alemania. En cuanto al premio Nobel y otros premios,
se sitúa detrás de países europeos del mismo tamaño, exceptuando
a Estados Unidos. Aunque no disponga de tantos datos,
la población de Iparralde sigue la misma tendencia.
Todo este contexto influye de manera directa en la investigación
y el desarrollo que se lleva a cabo en Iparralde, y se pueden
mencionar cinco características.
La primera es que al no tener reconocimiento político-administrativo
como territorio, no dispone de instituciones propias,
ni de Consejo Regional, ni de Consejo General, excepto
como pueblo, tal y como lo prevé la Ley Voynet de 1997. Si a ello
se le añade que la política científica es competencia del Estado,
y que el desarrollo económico está en manos de las regiones,
es imposible la creación de una política científica propia de
Iparralde. Al ser nombrado como pueblo, esto es, como proyecto
de territorio, se pueden unir el Estado, las regiones, los departamentos
y los ayuntamientos, con el fin de llevar a cabo políticas
sectoriales. Es lo que precisamente ha ocurrido con el Convenio Específico del País Vasco5 (2001-2006), así como con el
plan Euskal Herria 2020.
La segunda característica es que Iparralde carece de universidad
propia. Actualmente, la Universidad de Pau y de los
Pueblos del Aturri (PAHU) tiene un anexo en los campus de Angelu
y sobre todo de Baiona6, en los que se imparten licenciaturas
de derecho, economía, filología vasca y letras modernas, así
como master internacionales y de derecho europeo, sin olvidar
los DUTs de gestión empresarial y administrativa. Estos últimos
años, el polo científico que se encuentra en Angelu Montaury ha
conocido un considerable desarrollo, y ofrece licenciaturas en
biología, informática y física y química, DUTs de industria e informática,
así como master de licenciatura y master profesionales
en construcción, medioambiente y sistemas informáticos,
entre otros. A la universidad se le unen las escuelas de ingeniería,
como ESTIA y ISA BTP. La oferta ha ido creciendo, pero sigue
siendo escasa7, ya que no existen más que 37 titulaciones. Además,
se imparten el primer y segundo ciclo, pero no así el tercer
ciclo. Por lo que cada año alrededor de 8.000 alumnos deben
salir de Iparralde para realizar estudios superiores.
En tercer lugar, el número de centros de investigación que
existen en este territorio es muy escaso. Además de los centros
adscritos a PAHU (IKER y CDRE, por ejemplo), existen laboratorios
asociados a CNRS y a INRA (como Ecobiop). De hecho, la mayoría
de los centros de investigación, y por lo tanto, la mayoría
de los investigadores, presupuestos y publicaciones se concentran
en Pau. Así, en todo PAHU existen 500 investigadores y 26
laboratorios distribuidos, 9 de ellos adscritos a CNRS. En total,
hay 335 doctorandos y se leen 70 tesis doctorales al año. Los investigadores
publican más de 400 tesis y se han presentado 13
patentes8, con un presupuesto de 12 millones de euros, sin tener
en cuenta los sueldos. El problema es que sólo una pequeña
parte se ubica en Iparralde9.
La cuarta característica es que las empresas situadas en ese
territorio al ser medianas o sobre todo pequeñas, y al estar especializadas
en producción o en aplicación, realizan poca investigación
y desarrollo, porque no sienten necesidad, no disponen
de suficientes recursos, no tienen trabajadores cualificados
o bien porque no
reciben la ayuda necesaria
por parte de los poderes
públicos. Debido a
ello no son empresas muy
innovadoras y tienen dificultades
para crecer y,
por lo tanto, para atraer
a los mejores investigadores10.
En quinto lugar, Iparralde
dispone de recursos
para atraer centros
de investigación e investigadores.
De hecho, está
bien comunicada por tierra
y por aire con el resto
de regiones y pueblos,
ofrece calidad de vida,
las instituciones públicas
(regiones, departamentos,
mancomunidades y
ayuntamientos) y las entidades
parapúblicas,
como la Cámara de Comercio
e Industria de
Baiona, han expresado su
voluntad favorable, dispone
de un proyecto territorial acordado y financiado, y el nivel
de estudios de la población potencial es alto, sobre todo si
vuelven los que han salido al extranjero.
Por consiguiente, la investigación y el desarrollo de Iparralde
cuenta con recursos y oportunidades, pero debe hacer frente
a problemas ligados al capital humano (los recursos humanos
aplicados en ciencia y tecnología son de 249,65 por 10.000 habitantes;
en la región de Paris, son de 2.893,88), a la inversión
(el gasto de I+D es de 1,2%; en toda Francia es de 2,24%, es decir,
la mitad de la media) y a la estructura, para, ante todo, garantizar
el futuro.
1.- JOURNET, N.: «La réforme de la recherche», in Sciences Humaines,
203, apirila (2009), 26. or. 2.- La Ley “Libertad y Responsabilidad de las Universidades” aprobada en agosto de 2007 establece la autonomía presupuestaria de las universidades, así como el cambio de su funcionamiento interno: los rectores disponen de más autoridad, el consejo de administración se abre a los agentes exteriores, se autorizan las fundaciones y, en conjunto, rompe con la igualdad en la gestión de las condiciones de estudio y de las carreras de enseñanza e investigación. A cambio, se eleva el presupuesto que el Estado ofrece a las universidades: +50% en cinco años, es decir, un incremento de 10.000-15.000 millones de €, puesto que la universidad continúa dependiendo de los “contratos de centro” ligados al Estado. 3.- Esas transformaciones se sitúan en el rumbo general adoptado en la década de 2000. De ese modo, la pretensión de la ley orgánica sobre leyes financieras votada en 2001 consiste en condicionar todo el gasto público a la obtención de resultados. Es una de las bases del acuerdo para la investigación expresado en 2004 y reflejado en la Ley de 2006. El aumento del presupuesto en investigación está ligado a la creación de nuevos instrumentos para garantizar la dirección del sector público. La Ley de 2006 reforma las normas de cooperación e influye en las universidades. Se han creado nuevas instituciones. El Consejo Superior de Investigación Científica y Técnica fija las líneas generales de la investigación, aunque su cometido sea a nivel de asesoramiento. La Agencia Nacional para la Investigación que trabaja junto a las instituciones recibe y distribuye los créditos para la financiación de proyectos de investigación de plazo corto; algunos de ellos se deciden en instancias superiores y otros están unidos a las propuestas de los investigadores. En un principio los créditos de investigación eran limitados (358 millones de € en 2007), pero pronto comenzaron a incrementarse: 955 millones de € en 2008 y 1.600 millones de € en 2009. La Agencia de Evaluación de la Investigación y de la Enseñanza Superior centraliza las calificaciones de los centros, los títulos, las publicaciones periódicas, los grupos y los investigadores, además de los demás organismos (CNU, CNE, CNRS). Sus evaluaciones constituyen unos peritajes. Las autoridades, por medio de los resultados, pueden modular los créditos, las carreras profesionales y los programas. Dicho organismo puede tomar medidas para la cooperación entre la universidad y los agentes provenientes tanto del sector público como del privado, tendentes a la unificación de recursos y a la reducción de impuestos en el caso de las empresas. 4.- JOURNET, N.: «La réforme de la recherche», in Sciences Humaines, 203 (2009), 29. or. 5.- AHEDO, I., URTEAGA, E.: La nouvelle gouvernance en Pays Basque, L’Harmattan, Paris, 2004. 6.- EDUCATION NATIONALE: L’enseignement supérieur et la recherche. Bayonne, Académie de Bordeaux et du Pays Basque (2007). 7.- CONSEIL DE DELOPPEMENT DU PAYS BASQUE: Synthèse de la contribution de l’atelier Enseignement supérieur-Recherche. Baiona, 2006ko ekaina. 8.- Por el contrario, teniendo en cuenta los datos de 2005, el número de patentes por 10.000 habitantes es de 2,44 por término medio, y el de todo Euskal Herria es de 0,65. 9.- URTEAGA, E. : “Zientzia eta teknologiari buruzko gizarte irudikapenak Iparraldean », Argitaratzear, GGOA, EHU, 2009. 10.- EIZAGIRRE, A., URTEAGA, E.: Zientzia eta teknologiaren gizarte iritziak eta irudikapenak Euskal Herrian, Cuadernos Sociológicos vascos, 26, 2009.
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En el Pdf junto con el análisis de Eguzki Urteaga se incluye un breve reportaje que nos da una perspectiva sobre el tema. |